Preparando un nuevo trabajo

Ya hace algún tiempo que publiqué mi última novela ("Las Trillizas y el Club de Escritura") y, desde entonces, no he parado de seguir escribiendo casi a diario.

A veces tan solo unos minutos, en otras ocasiones mucho más tiempo según mi disponibilidad y el resto de mis actividades personales y profesionales. Ejercicios de escritura automática, pequeños relatos, minicuentos, hasta las entradas semanales que hago en mi propio diario las considero ejercicios de escritura. Y entre todo eso, mucha lectura de nuevos libros y hasta relecturas de otros que me gustan mucho.

La cuestión es continuar con la mano en movimiento, porque escribir es un hábito y una habilidad que hay que ejercitar como cualquier otra. No solo escribir (poner palabras una detrás de la otra sobre el papel o en el ordenador), sino hacerlo con cierta intención y ganas de transmitir algo.

Mientras todo eso ocurre, vas gestando una nueva idea con la entidad suficiente como para darle "forma y estructura de novela".

¿Y por qué surge precisamente en estas últimas semanas y meses y no antes? ¿Por qué cristaliza algo en un determinado momento después de rondar con ciertas ideas en la cabeza durante meses y después de muchos cuadernos garabateados con mapas mentales?

Sé de otros autores que se sientan a tratar de generar nuevas ideas que finalmente terminan materializando en un nuevo trabajo, otros que necesitan años hasta conseguir la motivación necesaria para ahogarse una vez más en el duro trabajo de escribir un nuevo libro.

Y otros, creo, como yo, necesitamos tan solo sentir que tienes "algo que contar", algo que ya eres capaz de concretar, y, además, te urge la necesidad de ponerlo por escrito para sacarlo de tu mente y realizar un proceso de catarsis. De otro como, ¿cómo poder conseguir la suficiente credibilidad en las palabras que escribes?

Del mismo modo que "Patricia" es un libro de desarrollo personal (dentro de la estructura de una novela aparentemente romántica), y "Las Trillizas" un libro acerca del proceso esencial de escribir (dentro de una trama general y varias subtramas), mi próximo libro cuenta ya con ese elmento central alrededor del cual girará todo lo demás, aunque en él aparezca, aparentemente, de forma tangencial. Para mí esa es la literatura que me gusta: un envoltorio atractivo, lúdico, interesante, pero que de algún modo, según las habilidades del escritor, te sumerge en el tema importante que te quiere transmitir casi sin darte cuenta.

Cuando sientes que ha llegado el momento de dejarte de ejercicios y de trabajar en un nuevo libro, sientes una especie de temor, porque sabes lo exigente que es esa tarea, sobre todo si te has propuesto mejorar tu último trabajo, y, al mismo tiempo, también sientes la necesidad de desarrollarlo.

En las siguientes entradas voy a ir describiendo el proceso que sigo para terminar un nuevo libro, dentro de una rutina y una agenda cargada de reuniones profesionales, asuntos personales y domésticos, etc., como todo el mundo, vaya. ¿Entonces? ¿Cómo sacar rutinariamente tiempo para terminar una novela de unas doscientas páginas? ¿Y que además la publiques porque piensas que tiene la "calidad" suficiente como para mostrarla?

Con método, y metodología, no hay otra, mucha planificación y definición de tareas pequeñas que vas realizando una detrás de la otra.

Por si aún no lo sabías... escribir, tal y como indica alguna de las trillizas en mi última novela, no es sentarse y esperar a que venga en tu ayuda eso que llaman inspiración, sino más bien un trabajo que requiere de mucha disciplina, perseverancia, técnica de escritura y algo que tengas ganas de contar con una estructura adecuada.

Iré describiendo cómo desgloso esa tarea monumental (escribir una nueva novela) en muchas otras, cómo, desde el comienzo, ya existe una estructura definida sobre la que construir el resto del libro, cómo alternas fases de revisión y corrección según las energías que tienes para crear nuevas secciones, y así hasta que, finalmente, algo que dice que ya está, el trabajo está realizado, y es entonces cuando contactas con tus beta-readers y hasta contratas la revisión del trabajo a un editor. Después de todo eso, ya tienes algo con cierta calidad que puedes dar a conocer.

Uff, comienzo el camino para "El Verano que Leí a Paul Auster".

Comparte esta entrada...